Dibujar con Ceras
Desde hace tiempo me he propuesto escribir sobre dibujar con las ceras/bloques/crayolas/crayones/pastas…, sean de la marca original Stockmar o de otras marcas que están surgiendo en diferentes sitios del planeta.
Mi nombre es Astrid Weissenborn, soy ex-alumna Waldorf de Alemania, artista plástica, maestra Waldorf, mamá Waldorf y esposa del recientemente jubilado maestro tutor de clase, Vicente García Sanjuán, impulsor de la página www.ideaswaldorf.com.
Como algunos ya sabéis, he iniciado en Octubre ´21 los videos tutoriales de dibujo con ceras en www.tumano.art, con los cuales quiero compartir lo que yo he vivenciado en mi tiempo de alumna, luego como maestra en diferentes formaciones Waldorf y como maestra invitada para dibujar en el aula, con y delante de los alumnos.
Justo este “dibujar con y delante de los alumnos” se ha convertido para mí en un tema de máxima importancia.
¿Por qué?
Porque observo que (ya) no se hace en casi ninguna escuela.
Se podría pensar que, si ya no se hace, carecerá de importancia o se habrá optado por sustituirlo por algo más importante y valioso para el alumnado.
Si fuera así, me quedaría tranquila, porque soy la primera que opina que la pedagogía es un elemento vivo, se debe renovar según las necesidades, mientras que sea fundado y desde el conocimiento profundo antroposófico.
Pero creo, y subrayo creo, que el dibujo con las ceras ni “ha caducado”, ni es una pérdida de tiempo ni es inadecuado para ningún niño, por muy especial que puede manifestarse su evolución.
Vamos a ver cómo llego a estas afirmaciones
Para empezar, los bloques de cera permiten un trazo tan variado como ningún otro color: se puede dibujar con ellos una linea fina, un punto y varias anchuras de trazo según qué canto se utiliza, que podemos nominar “áreas”. Es decir, si se lo damos a un niño en su primer septenio, tiene la posibilidad de plasmar las etapas de su desarrollo, sin tener que “hacer la pinza” con los dedos. Me refiero a los dibujos “clásicos”, de sobra conocidos, que hacen los niños de todo el mundo por igual: el dibujo circular, la cruz, la escalera, el muro, la persona desde solo cabeza hasta aterrizada con las extremidades como rayos, luego pequeñas escenas de lo que han visto… por nombrar solo algunos de ellos.
Ahora bien, el niño entra en un Jardín de infancia Waldorf, vamos a suponer que tiene 3 años, y ve a la maestra dibujar, sentada en su mesa, y empieza a “imitarla”. Es obvio que el dibujo solo sale ligeramente parecido; él está (¡necesariamente!) en los nombrados dibujos que revelan fielmente las etapas de su desarrollo, pero se puede observar que lo nuevo es la aparición de más color, hay más áreas en la hoja llenas de color. La maestra solo ha dibujado en su hoja, no ha indicado en ningún momento cómo llegó a dibujar esta liebre, este sol o este árbol. O sea, ¡no ha enseñado más que haciéndolo ella, quizás acompañada de un versito o una canción! “El Mundo es Bueno”; la maestra dice quizás “…y aquí, a esta cuevita viene el conejo a dormir…” y el niño se puede “servir” libremente de lo que necesita de ello. La vivencia de lo cálido, lo bello y armonioso del dibujo de la maestra le ha llegado, su alma lo ha absorbido como una esponja, aunque no lo haya manifestado en su propio dibujo.
Al entrar a la escuela.
Ahora sí, durante el “El Mundo es Bello”, el niño se abre y está ansioso por APRENDER. O sea, ¡¡el niño espera de mí que le enseñe!!
Por qué le enseño en tantos campos y materias, en crear hábitos, en ordenar, limpiar, colocar, respetar y compartir etc…¿pero con las ceras, con estos bloques, grandes para sus manos, le dejo solo?
Cuántas veces he escuchado que “con las acuarelas sí les enseño, pero con las ceras se apañan muy bien solos. Además, si yo como maestro les indicara cómo dibujar, creo que les limitaría”.
Pues, mi experiencia en las aulas y las de mi marido durante sus 38 años de maestro son muy contrarias. Si yo dibujo delante de ellos, en un bloc de A3 pegada en la pizarra, creo que solo les brindo ventajas: todos partimos del mismo color de fondo, el blanco de la hoja. Tenemos los mismos colores, incluso hemos marcado con una señal por ejemplo los azules, rojos y amarillos oscuros, así no habrá preguntas si digo: “empezamos con el amarillo claro a trazar el suelo…”, porque todos saben qué color es y ante todo: ¡ven aparecer el mismo color que en su hoja! Las tizas nunca son los mismos tonos.
Y si tengo 25 niños en el aula, tendré al final 25 dibujos diferentes. Parecidos, eso sí, pero cada uno con su propio estilo, manera y característica. ¡O sea, la libertad de expresión no se les he limitado ni cortado! Además, solo dibujo una o dos veces delante de ellos; luego ellos hacen las tareas, el dibujo de inglés, de alemán, de ética y el regalo para el jardinero dibujados con ceras!! Estos sí, libre y a su manera, aunque quizás hayan utilizado algo de lo que hemos dibujado juntos en el aula.
Y a la primera pregunta de arriba añado: Si el niño ha estado en el jardín de infancia unos 3 años y usa las ceras hasta al menos terminar la 3ª clase, ¡ha dibujado seis años con las ceras! ¿No podría aprovechar estos seis años? No necesariamente para que salga como un pintor excelente, ¡sino utilizar el dibujo para acercar y comprender el mundo al que ha venido a vivir!
Para que eso pueda ocurrir, como su maestro tengo que haberme familiarizado al menos con el mundo de los colores. Si no lo tengo nato, hago ejercicios de dibujar y/o pintar con un solo color, experimento cómo me siento, me imagino qué ambiente transmite este color, qué estado de ánimo, que hora del día, qué estación del año…para cobrar cierta seguridad en ello, debemos “afinar” nuestros sentidos para ello. Nos ayudará vivir lo más despiertos y conscientes posibles, descubrir la belleza en las cosas mínimas, pararnos ante una flor, una tela-araña, unas nubes de forma curiosa…o, como lo expresó Goethe: ¡dibujar es aprender a ver!
Una vez familiarizados con los colores puros, (primarios), pruebo las mezclas, (secundarios), combinaciones y contrastes de colores parecidos y complementarios, siento cuándo se manifiesta más o menos cada color y me pregunto: ¿qué pareja o trío de colores es apropiado para dibujar una batalla o la adoración de los pastores?
Una vez familiarizado con ello, empiezo a preparar el dibujo para dibujar en el aula. Y ahora viene lo más sorprendente: os garantizo que, sea cual sea la temática que vais a tratar, vais a descubrir varias cosas además del tema a tratar. Mi ejemplo preferido es el de dibujar un árbol: si no utilizáis las mezclas hechas (verde y marrón) sino las hacéis dibujando, ¡tenéis todo el desarrollo del árbol en un simple dibujo! Empezamos con el amarillo claro, LA LUZ, a trazar primero la tierra, luego lo dejamos crecer desde abajo, desde la semilla buscando erguirse, hasta la ultima punta de las ramas. Pasamos seguidamente con el azul oscuro/prusia, EL AGUA Y EL AIRE, sobre lo dibujado. Todo se ha vuelto verde. Ahora toca al rojo claro/zinabrio, EL CALOR, a dar firmeza y dureza al tronco y a las ramas. Hemos conseguido no solo el verde, sino también el marrón con estas mezclas. Y si queremos dar un poco más de oscuridad y plasticidad al tronco, repasamos un lado del tronco con el violeta oscuro. Un sol en el fondo, con el amarillo oscuro, un río con azul claro/ultramar entre el paisaje verde que ha crecido hacia arriba formando unas montañas, y los colores cálidos en el cielo y algo de violeta en los bordes…¡ya está el paisaje con un precioso árbol terminado!
No he dicho ni una palabra que el árbol necesita luz, agua, aire y calor para crecer: ¡los niños lo han hecho y experimentado, se han sentido árbol ellos mismos porque han crecido con él, ya que no han hecho un marco limitador que han rellenado, no, ellos le han dado la forma, SU forma!
Este para mí es una clase, de la cual podemos decir con toda la razón: en Waldorf se enseña con Arte.
Por supuesto, no siempre es tan completo como pasa con el árbol y plantas en general, pero muchos animales por ejemplo podemos dejar surgir desde su elemento, ante todo los acuáticos y los voladores, igual que podemos recurrir a formas que hemos dibujado antes en el “dibujo de formas”, ya que muchas de ellas son formas vivas, extraídas de la naturaleza misma, tales como la espiral y la lemniscata, con todas sus variantes y metamorfosis, que son la base de muchas formas de crecimiento.
Pero además de lo técnico, también descubro tanta cosa “de la vida” que se puede hacer llegar a los chicos: en los tiempos que corren, cada vez más familiarizados y dependientes de la informática, puedo mostrar con el dibujo que aquí no hay ni goma ni tecla de borrar. Aquí, lo que he hecho, hecho está, se queda plasmado. Puedo intentar arreglarlo, transformarlo en otra cosa, pero sé que yo lo he hecho. Es una manera de hacerles ver que lo que hago tiene consecuencia, ¡mi acción cambia el mundo! Igual que la palabra que sale de mi boca, si la he pronunciado, solo puedo enviar otra detrás, este momento presente ya es pasado.
Nombro esto, para haceros ver qué valioso instrumento tenemos con el dibujo, para mostrar estos aprendizajes de la vida; ante todo cuando los alumnos ya son algo mayores puedo aprovechar y entrar en conversación con ellos sobre estos temas.
Me podría extender mucho más, pero en mis videos tutoriales os comento cualquier “descubrimiento” que hago mientras dibujamos juntos. Os invito por ello echar un vistazo a la videoteca de mis videos tutoriales: www.tumanoart.vhx.tv, si queréis que os guíe online en vuestro proceso de dibujo, principalmente con las ceras. Empezamos juntos con la hoja en blanco y dibujamos el tema que habéis visto en la portada de cada video. Lo cómodo es que lo podéis hacer a vuestro ritmo y desde casa. Los detalles cómo comprar un video suelto o suscribirse veréis en esta plataforma mencionada, que es de vimeo.
La web con mi obra artística y artesanal es www.tumano.art.
Termino recomendando también encarecidamente el libro, el manual artístico de Thomas Wildgruber: “Pintura y dibujo de 1º a 8º curso escolar”, Editorial Rudolf Steiner. En él tenéis no solo sugerencias con descripciones precisas para cada día de pintura con acuarela, sino también muchas ideas de dibujos con diferentes materiales y también unos argumentos bien fundamentados sobre enseñar arte durante la primaria, además de un gran capitulo sobre los 12 sentidos y otro sobre la teoría de los colores.
Los colores de los bloques de cera que recomiendo a partir de una primera clase son: Amarillo limón/ Zitronengelb; Amarillo dorado/ Goldgelb; Rojo cinabrio/ Zinnoberrot; Rojo Carmín/ Karminrot; Azul ultramar/ Ultramarinblau; Azul prusia/ Preussischblau; Violeta oscuro/ Blauviolett; Color carne/ Hautfarbe; Negro/ Schwarz. (este último al principio solo para tenerlo en clase, y será suficiente medio bloque por alumno).